La Ciencia del Color

por | Ago 18, 2021 | blog | 0 Comentarios

Se podría decir que la ciencia del color se inició con Wilhelm Herschel, quien descubrió que los colores tienen temperaturas distintas. 

 

 

 

Cada color representa una frecuencia de ondas. Desde las más largas (violeta) hasta las más cortas (rojo).  Esto constituye la base científica de la relación temperatura-color.

 

 

Los colores cálidos serían los del espectro a partir del amarillo hacia el rojo. Y los colores fríos, estarían ubicados en el espectro a partir del verde hacia el violeta.

 

 

El color no existe

 

Otro aspecto interesante de la teoría del color es la ausencia del mismo.  Los colores no existen, solo la luz.  El color es una ficción creada por la capacidad que tiene cada ser humano de detectar la frecuencia de cada onda física y/o electromagnética

 

 

Podemos detectar y diferenciar hasta diez millones de tonos de color. Gracias al trabajo que realizan nuestros receptores en el ojo para su posterior interpretación en el cerebro.

 

 

 

 

¿Cómo descubre la ciencia del color el pintor?

 

El oficio del pintor es proponer una composición, que no es otra cosa que la organización de un conjunto de materiales que irradian ondas que son percibidas, según nuestras capacidades receptoras, e interpretadas en nuestros cerebros, impactadas por nuestras experiencias y por las leyes de la percepción.

 

 

Si entendemos esto, podemos comprender que las personas perciben nuestras pinturas de distintas maneras, por eso la pintura es una acción participativa y pública, una relación entre la propuesta del pintor y la interpretación personalísima de esa propuesta por cada uno de nosotros.

 

 

Cada uno de nosotros,  cuando observamos una pintura, realiza una reordenación inconsciente del color, respondiendo, no sólo a nuestra capacidad receptora, sino también a las leyes de la percepción.

 

 

En la actualidad, muchas son las escuelas de arte, que a sabiendas de la naturaleza del color y las propiedades físicas de la luz, incorporan las leyes de la percepción humana como herramienta para la construcción de propuestas interesantes y novedosas.

 

 

 

 

Pintar es pura ciencia y Tecnología

 

El uso de las herramientas empuja a la pintura  al espacio de la ciencia y la tecnología.

 

 

Un buen ejemplo de ello, es Carlos Cruz Diez, pintor venezolano que desarrolló los siguientes principios:

 

 

  • Principio de irradiación del color: al entrar en contacto dos planos distintos de color se genera la ilusión de una línea de separación más oscura. A este tipo de fenómenos los clasificó en Módulos de Acontecimientos Cromáticos
  • Contraposición del  color físico al color luz en una relación de balance, denominadas Fisionomías.  Obras en las que la percepción del color físico se ve modificada por la luz ambiental y el desplazamiento del observador
  • Inducción Cromática: Principio de persistencia retiniana que hace que el color permanezca en la retina por unos instantes y al mirar otro color diferente, éste último se ve modificado por la influencia del primero.
  • Cromointerferencia, proyecta el color que ha sufrido interferencia de otros colores, luces y/o objetos.  Este pintor llegó a realizar obras especiales donde el espectador podía disfrutar de su influencia, internándose en ellas y formando parte de las mismas.
  • Transcromía: hace uso de barreras de colores (láminas) en contraposición a la luz para provocar efectos lumínicos  diversos.
  • Cromosaturación: crea un ambiente artificial donde el espectador entra a tres cámaras de color físico (rojo, verde y azul),  o monocromas absolutas, y aislado de los estímulos culturales, confronta la experiencia del color.

 

La pintura está predestinada al encuentro con la innovación y los artistas que nos sumergimos en este mundo estamos llamados a valernos de todas nuestras capacidades y de todas las herramientas para hacer de ella, una expresión autentica de la capacidad creativa del hombre.

 

 

Alejandro Alcázar de Velasco, formado en artes plásticas y docencia, empezó enseñando en la escuela Taller de Nuevos Pintores y más tarde en la Escuela de Artes Decorativas de Madrid.

Fundó Arte y Desarrollo y El Taller de La Salamandra, impulsando la formación y el avance de nuevos artistas. Combina su labor educativa con proyectos que democratizan el acceso al arte contemporáneo.