Si estas buscando desarrollar la creatividad de tu bebé, déjanos decirte que estás en el momento indicado.
Los seres humanos empezamos a definir nuestra personalidad en las edades tempranas, cuando ni siquiera sabemos leer ni escribir. Y aunque todos tenemos imaginación y creatividad, no todo el mundo desarrolla gusto por las artes.
La afinidad artística es, en parte, una cualidad de la persona y, en parte, un proceso de aprendizaje. Puedes estimular el desarrollo de la creatividad de tu bebé en cada actividad que realizáis, sobre todo en las que están orientadas hacia el dibujo y la pintura.
Si ves que tu hijo o hija empieza a manifestar interés por la pintura o el dibujo, probablemente te preguntes si es momento de apuntarle a clases en una academia de arte, que si puede ser tenga grupos con especialidad infantil.
¿Cuándo llevarle a una academia o escuela de arte?
Cuando un niño se pone a pintar, es todo un espectáculo, ¿verdad? Desde el punto de vista teórico todo lo que hace con los colores se justifica por dos razones: la satisfacción de ver el resultado plástico de sus movimientos, a través de las pinturas mientras va manchando las superficies, y la necesidad de proyectarse emocionalmente por medio de la representación de escenas y personajes que significan algo en sus vivencias, o desde aspectos abstractos como el color, el claro oscuro y la expresividad de los trazos.
Entonces, ¿cuándo es conveniente llevarle a una academia de arte? Es una duda que muchos padres nos transmiten, y que vamos a tratar de resolver ahora:
Lo primero que hemos de tener en cuenta es la etapa gráfica en la que se encuentran los niños. Es habitual que de forma natural tengan ganas de pintar porque esto les permite experimentar físicamente con materiales y colores. En ese aspecto, para ellos apenas habrá diferencia entre que lo que se haga con una papilla o con una caja de colores (con la salvedad de que los adultos vamos a celebrar los colores y procurar que no lo haga con la papilla). Una vez que pase esa etapa de pura experimentación material, debemos prestar atención porque, aún no siendo diferenciable claramente, puede que los pequeños empiecen a intentar representar cosas o escenas. Para ellos un garabato puede ser una flor, una nube, mamá…, ya sabes. Lo notarás porque, si aún se trata de garabatos, te explicarán que representan.
Los niños pintan, cantan y crean historias de forma natural, pero si les alientas a hacerlo, les pones las condiciones adecuadas y, en definitiva, les estimulas, probablemente les des un ragalo de por vida de gran valor. Un regalo que se manifiesta en su madurez emocional y su capacidad de resolver los problemas creativamente. ¡No es poco!
Cuando observes que tu pequeño artista tiene una afición especial, y usa papel y colores con frecuencia, no dudes en ponerte en contacto con una academia de arte de confianza, que sepa desarrollar su impulso de crear.
Por ejemplo, en el aula infantil del Taller de La Salamandra atendemos alumnos normalmente desde los cinco años, cuando los padres detectáis que vuestros hijos tienen muchas ganas de pintar. De hecho, es lo primero que os preguntaremos: ¿Tiene tu hijo afición por pintar o dibujar? ¿Le gusta hacer cosas creativas?
Encontrar el Arte en Todo
Utiliza cualquier excusa para desarrollar la creatividad de tu hijo/a y trata de hacer arte en todos los juegos. Puedes destinar espacios para la pintura con materiales que sean cómodoss como ceras, pinturas lavables y papeles grandes.
Incorpóralo en la rutina y permítele experimentar con las texturas y con las formas cuando haga sus garabatos. y, aparte de los materiales de pintura, ponle a mano otros, como la arena, la arcilla, o cualquier material donde pueda enfocarse con sus dedos en el movimiento de las manos y adquirir así nuevas habilidades.
Entonces, ¿cómo puedo desarrolar la creatividad de mi hijo?
¡Jugando!
Mientras llegue el momento de apuntarle a una escuela, deja la educación formal para las edades que correspondan y dedícate a jugar con tu pequeño. A veces queremos que nuestros hijos desarrollen destrezas y habilidades para las cuales aún no tienen condiciones motoras.
Los niños con menos de 5 años están empezando a desarrollarse con cada garabato, así que es importante que les acompañes y les motives, pero que evites corregir. Cuando interrumpes a un niño tan pequeño en su proceso de aprendizaje natural puedes influir negativamente en su autoconfianza.
Es natural que los niños pequeños utilicen colores distintos, tamaños desproporcionados y formas diversas, así que sólo queda observar lo que hacen y disfrutar de su desarrollo. La creatividad de tu bebé y el ingenio a esta edad no necesitan instrucciones, basta con que lo valores. No elogies demasiado, ni, como te decía, busques enseñarle; sólo háblale de lo que hace, los colores que usa, y asociálo con la vida real, y las emociones y experiencias que está viviendo.
Evita a priori preguntar ¿qué es eso?, e invita a tu bebe a que te hable de su dibujo o de su creación. Así, en la medida que te va contando le puedes alentar con tus preguntas a plasmar otros detalles en el dibujo que completen su obra. Por ejemplo, si dibuja el rostro de una niña, y le preguntas si esa niña puede oler las flores, probablemente tu pequeño irá directo a dibujarle la nariz. Recuerda en todo momento que la expresión artística esta sumamente ligada al desarrollo de la imaginación y se hace posible únicamente cuando damos espacio para ello.
El arte y las emociones
El arte puede ayudar a los niños a procesar emociones intensas que pueden ser complejas de expresar o que no saben controlar. Las actividades creativas ayudan a los niños a ganar el control de esas situaciones.
Si un niño está pasando una emoción fuerte, puedes darle papel y colores para que dibuje sus emociones y pueda aprender a liberarlas. También es importante tomar en cuenta que los garabatos de los niños son sus primeras formas de escritura y que se van haciendo más complejos a medida que crecen. Ellos entienden que todo lo que hacen sirve para comunicarse, así que pídeles ayuda para comprender sus garabatos y motívalo a seguir haciéndolo.
Un niño que crece en un ecosistema donde el arte es respetado y valorado, será un niño que de adulto disfrute, respete y valore las expresiones artísticas propias y de otros artistas. Ayúdale a encontrar arte en todo cuanto le rodea: en la música que se esconde tras los sonidos, en los colores de la naturaleza, en las diferentes texturas que toca.
Aportar a los niños una educación artística rica en experiencias le ayudará en muchos aspectos de su vida, con independencia de si en el futuro se dedica profesionalmente al arte.
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